Cuando sepas quien?
podrás saber por que
“el
espíritu de Dios me hizo, y el soplo del omnipotente me dio vida”
Cuando
Dios soplo su propio aliento en que la criatura que había formado en la tierra,
el hombre cobro vida y supo quien él era y quien Dios era.
La
comprensión que tengas de ti mismo y de Dios está intrínsecamente entrelazada.
No podrás conocerte plenamente hasta que
no conozcas quien es Dios. Hasta que reconozcas que Dios quien te ha dado la
vida el único que te ha formado y creado con un plan y un destino especifico en mente no podrás
encontrar paz ni sentido de propósito.
Es tiempo de que es Dios quien te ha dado la vida el único que te ha formado y
creado con un plan y un destino especifico en mente no podrás encontrar paz ni
sentido de propósito. Es tiempo de que no permitamos más que otros “soplen” en
nosotros sus planes y empecemos a buscar de cerca, en el rostro y el corazón de
Dios, nuestra identidad.
Mientras
no permitamos que Dios sople dentro de nosotros su espíritu, seremos
vulnerables a cualquier cosa o persona en nuestro camino que pretenda definir quién
somos, y al definirnos nos manipula y controla.
Hay
muchos hombres que se levantan diariamente “haciendo alarde”, tirando golpes al
aire. Están involucrados en una lucha, pero no saben cintra que están peleando.
La persona que está tirando golpes al aire, es un hombre que vive sin propósito
o sin metas, sin sentido de dirección o impacto. El siente que hay oposición en
su contra, pero no puede distinguir a su contrincante.
El
resultado es que al final del día, esta exhausto, frustrado, y enojado. Carece
completamente de la habilidad de poder vencer.
Pero
el hombre que se levanta cada mañana sabiendo con quien está peleando, es un
hombre que lucha con propósito, inteligencia y dirección.
Para
poder vencer, debes saber que Dios es la fuente de tu vida y que tienes un
enemigo quien combate contra tu espíritu al enemigo. La vida cobra verdadero
sentido, solamente cuando uno adquiere conciencia de esta realidad.
Si
usted desconoce que Dios es su recurso y fuente de vida, y que el diablo es su
enemigo, la vida puede aplastarlo. Hay muchos asuntos y situaciones que
realmente no tienen ningún sentido, no conectan, no producen como debieran, o
no encajan.
Díganse
a si mismo hoy: “el espíritu de Dios me ha creado. El aliento de Dios me da
vida”
No
permitas que nadie “sople” su identidad o planes sobre ti, excepto Dios.
Agradando al Padre
“y
hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo
complacencia”
(Mateo 3:17).
Cuando Jesús descendió a las aguas del rio Jordán para
ser bautizado por Juan el bautista, El se sumergió en el en pleno propósito por
Dios para su vida. El bautismo de Jesús en la aguas del rio Jordán simbolizo su
muerte y resurrección perpetuas.
¿Te has detenido a pensar que la ocasión cuando Jesús
descendió a las aguas del Rio Jordán, estas se desbordaban con los pecados de
la humanidad? Juan el bautista había bautizado a innumerables personas en el
Jordán y figuradamente, sus pecados
pasaban de ellos al mar del perdón de Dios, así como desde las orillas de la
ceguera espiritual, uno podría pensar: “¡Que horrible! Jesús sumergido en
pecado”. Jesús lo hizo, sin embargo, para cumplir el propósito de Dios –redimir
al hombre de todo pecado- Jesús estaba exactamente donde Dios quería que
estuviera. Haciendo precisamente lo que Dios quería que hiciera.
Mientras estaba Jesús firmemente parado pero precisamente
donde Dios deseaba que estuviera, los cielos fueron abiertos, y se escucho voz
desde el cielo diciendo: “Este es Mi hijo. Mi Hijo el cual Yo engendré, en
quien tengo complacencia”. No esperes que Dios hable a tu favor o provoque que
otros vean en ti quien eres realmente hasta que no estés dispuesto a pararte
firme allí donde Dios te ha llamado a estar, o entonces no tendrás que hablar a
tu favor, pelear por ti solo, cualquier fuerza que esté involucrada en la
lucha, para que cedan ante ti, provean para ti, te honren, te escuchen, y te
obedezcan.
No esperes que Dios abra los cielos y derrame su espíritu
de poder y verdad, sabiduría y justicia sobre tu vida a menos que estés en el lugar donde se
supone que debes estar. Cuando te pares firme en el lugar que Dios ha destinado
para ti, no tendrás necesidad de pelear tus propias batallas sufrir la toma de
decisiones, o preguntar si algo esta correcto o equivocado. Dios te dará las
habilidades que necesitas. El pondrá en tu camino lo que necesitas tener, y no
tendrás ninguna duda para agradar al padre… debes obedecerle, aunque esto
signifique tener que defender a las
aguas sucias de otra persona.
Debes
ir solamente donde Dios te llama. Una vez allí, debes hacer solo lo que él te
ordena. ¡De esta manera le estarás compartiendo!