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Todos somos los hijos de opresión

 

“como Dios ungió con el Espíritu santo y con poder a Jesús de Nazaret, y como este anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, por que Dios estaba con el”

Casi cada persona que vino a América de otra nación, llego a este país de alguna manera herida individuos que eran oprimidos  en su tierra de origen antes de venir a América. Cada grupo de personas tiene una historia de horror que contar como parte de su herencia cultural. Estas historias de opresión, sin duda alguna, tienen sus cualidades distintivas, pero la opresión en general es un común denominador entre cada grupo de personas es un común denominador entre cada grupo de personas que vinieron a América.

Las personas oprimidas a menudo se convierten en opresores. Sabemos que los niños que han sido abusados, son los que en su mayoría, terminaran haciendo lo mismo, y así sucesivamente. Cada víctima puede convertirse fácilmente en victimario. Aquellos que no han tenido control de su pasado, son los que más buscan tener control en su futuro.

La opresión es casi siempre por “familia”. Cuando los judíos fueron enviados a campos de concentración, fueron enviados como familias. Cuando los indios fueron puestos en reservaciones, allí fueron establecidos como familias. Nuestro problema nunca es solo nuestro. Es un asunto de “familia”  como resultado, una actitud de opresión es transmitida de familia en familia, tribu a tribu, pueblo a pueblo. Casi cada “familia” piensa que es mas oprimida que todas las otras familias.

Un hombre puede ser oprimido pero no ser capaz de identificar sus sentimientos como opresión. El solo sabe que se siente atrapado y por eso se enoja.

Cada vez que un hombre piensa que no puede cambiar las cosas y que ni tienen opciones, se llena de rabia y se torna abusivo o violento… o desanimado y deprimido.

Algunos hombres que están llenos de iras hablan palabras de ánimo, pero caminan en derrota. Tratan de convencerse a sí mismos que las cosas pueden ser mejor, pero lo único que hacen es hablar sobre los cambios que vendrán. En sus corazones, se sienten atrapados.

El hombre que se siente atrapado no tolera a las personas que le dicen lo que debe hacer o que le señalan las cosas que debe dejar de hacer. No tienen capacidad para escuchar que la basura debe sacarse, que los niños deben disciplinarse, o que las habitaciones necesitan ser pintadas.

El hecho es, sin embargo que si no te gustan las circunstancias  las situaciones en que te encuentras, puedes lograr un cambio.

Cualquier cosa que te esta oprimiendo la gente, los hábitos, la adicción las circunstancias quienquiera o cualquiera que sea lo que mantiene esclavizado…

! Tú eres más poderoso en Cristo que aquello que aquello que te oprime ¡

Jesús  vino a sanar “a todos los oprimidos por el diablo” y eso, amigo, te incluye a ti. El vino a hacerte libre, y al que el hijo lo liberase. Será verdaderamente libre.

¡Acepta la santidad de Dios. Y camina en la libertad que Jesucristo te da!








 
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