El hombre correcto acompañado por la acción
correcta
“Mas Pedro dijo: No Tengo plata ni oro, pero lo que tengo
te doy; en el nombre de Jesucristo De Nazaret, levántate y anda. Y tomándole
por la mano derecha le levanto; y al momento se le afirmaron los pies y
tobillos”
Cuando Pedro y Juan llegaron al templo a la hora de la
Oración, fijaron sus ojos en el hombre cojo que
estaba en la puerta la hermosa y Pedro dijo: “miramos”. Pedro no quería que
este hombre se distrajera. Si una persona se distrae, puede perder lo que dios
tiene para ella.
Pedro quería que este hombre pusiera mucha atención en lo
que Dios tiene para ella.
Pedro quería que este hombre pusiera mucha atención en lo
que iba a hacer a hacer. Pedro quería
que este hombre cojo que estaba realmente lo escuchara. Yo creo que el acerco
su rostro al rostro del invalido, fijo su visita en los ojos de aquel hombre
para eliminar todo aquello que pudiera distraer la atención del cojo. Esa es la
manera en que debemos de tratar con las personas que están sufriendo.
Si somos nosotros los que estamos sufriendo, esa es la
manera en que debemos acercarnos a él, y mirar directamente sus ojos de tal
manera que no podamos ver a nadie más, que no escuchemos a nadie más. Solamente
debemos escuchar a Jesús.
Entonces Pedro pablo le hablo con un nombre. Cada uno de
nosotros necesita un nombre que es más fuerte que el nombre del diablo…
Un nombre que es más poderoso que tu problema…
Un hombre que es más potente que tu dolor.
Ese nombre es Jesús.
Pablo escribió:
Para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de
los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda
lengua confiese que Jesucristo es el señor, para gloria de Dios Padre.
Es el nombre de Jesús el que está por encima de cualquier
otro nombre. El escritor de hebreos dice: “por que tal sumo sacerdote nos
convenía: santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, y hecho más
sublime que los cielos”
No hay otro hombre que pueda restaurar la parte que esta
lisiada. Solo el nombre de Jesús.
Pero entonces Pedro dijo, pero las palabras, hizo lo que
tenía que hacer. El cojo de la puerta de la hermosa escucho lo que Pedro dijo, pero las palabras
en sí mismas no hicieron un efecto visible en su vida. Tú puedes escuchar un
sermón en tu mente decir amén, y darte
cuenta que nada cambio en tu vida. Las personas a tu alrededor que tienen gran
necesidad pueden escuchar acerca del amor y la misericordia de Jesucristo, sobre
la sangre de Jesús y el poder del espíritu santo, y si, embargo, nunca
experimentar nada de todo esto ellos mismos.
Pedro puso el nombre de Jesús en acción. El tomo al cojo
por la mano derecha y lo levanto. Y fue cuando Pedro levanto al lisiado sobre
sus pies, que los huesos y los tobillos del cojo se fortalecieron este hombre
que nuca había caminado, no necesitaba ayuda para hacerlo. ¡No! El solo
necesitaba ayuda para erguirse sobre sus pies.
Instantáneamente se levanto, anduvo, y salto glorificando
a Dios. Hay personas a tu alrededor que necesitan que les hables el hombre
correcto en sus vidas el -nombre de jesús- y necesitan que les ayudes a
erguirse sobre sus pies espiritual y emocionalmente. Es tu mano extendida en
amor y compasión, con una ayuda genuina que no nace de la emoción si no de la
fe, la que les ayudara levantarse. No necesita ser su muleta. No es necesario
que inviertas el resto de tu vida ayudándoles. Lo que debes hacer es
levantarlos sobre tus pies para que Dios pueda sanar y fortalecer la invalidez de
su vida.
Si tu eres uno que está siendo ayudado por un hermano
cristiano a pararte sobre tus pies, entonces levántate en fe profunda mientras eres ayudado a
erguirte. No pongas tu confianza en la persona que te está levantando o que
esta orando por ti. Pon tu confianza en el nombre de Jesús. El es el único que
puede sanar tu cojera, fortalecer tus debilidades y hacer que camines con
valentía. El es el único que puede hacerte completo.
Dios desea obrar en ti y a través de ti hoy.
Habla y actuar con audacia cuando él
te
revele quien es la perdona que debas
ayudar.